Entrevista con Eva Saldaña, directora de Greenpeace y participante en el grupo de expertos y expertas de la Asamblea Ciudadana para el Clima.
¿Qué es la Asamblea Ciudadana para el Clima?
Es un espacio de democracia deliberativa en el que 100 ciudadanos y ciudadanas, escogidos de forma aleatoria y con diversidad en género, en procedencia, en clase social, etc., se ponen a dialogar sobre diferentes temáticas. Se ha ido aprendiendo, formándose con personas de la comunidad científica y del gobierno. Y a partir de ahí, las y los asambleístas han sacado sus recomendaciones y propuestas para poder trasladarlas a diferentes actores sociales, sobre todo al Gobierno y al Parlamento.
¿Cómo viviste la primera sesión? ¿Qué dudas y qué expectativas tenías en ese momento?
Para mí los parámetros de partida eran algo complicados. Creo que partíamos de una pregunta muy amplia que nos iba a llevar seguramente a propuestas muy amplias y quizá dispersas. También me preocupaba que todo fuera en formato online, porque creía que el espacio de diálogo iba a ser complicado. Y luego también me preocupaban los tiempos. Creo que los espacios de diálogo tienen que tener suficiente tiempo, la ciudadanía tiene que tener tiempo para formarse, para informarse, para poder traer propuestas frente a los retos que tenemos. Por eso tenía incertidumbre, pero también mucha ilusión y ganas de que esto se pusiera en marcha, porque era importante que España diera ese paso. Que se abriera una Asamblea Ciudadana frente al reto más importante que tenemos ahora mismo, la emergencia climática.
¿Cómo se organizaron las deliberaciones?
Para ver cómo organizar las deliberaciones y qué temáticas iban a tocar, se hizo una encuesta ciudadana. Se trajeron todos los temas que preocupaban a la ciudadanía de forma muy transversal. Luego, a partir de ahí, se organizaron en cinco áreas de vida, que lo que hacían era acercar estos temas a las participantes, a su cotidiano, para ayudarles a entender cómo les está afectando y de qué manera podemos buscar soluciones.
¿Cómo ha sucedido todo el proceso?
Se comenzó con dos primera sesiones de mucha formación, de profundizar en los temas, de entender qué es esto del cambio climático, la pérdida de biodiversidad, las desigualdades, como podemos hacer una transición ecológica justa y sostenible. Me ha parecido espectacular que ciudadanos y ciudadanas fueran capaces de, en dos sesiones y media, aprender sobre tantísimos temas, cosa que a mí me ha llevado la vida. A partir de ahí empieza la lluvia de ideas de toda la ciudadanía, de cosas que a ellos les preocupan, y a partir de ahí empiezan a trabajar. Creo que lo más bonito y lo más profundo ha sido ver cómo llegaban a consensos. Gente que podía estar en diferentes polaridades iba aproximándose para encontrar una solución colectiva, que fuera justa para todas.
¿Cuál ha sido el papel del grupo de expertos?
Lo que hemos hecho principalmente es acompañar a la ciudadanía, intentar responder a las preguntas que tenían y tirar del hilo de las inquietudes que les iban saliendo. Formar en algunos casos, darles información sobre temas que eran mucho más complicados, ayudarles un poco a trasladar esas preocupaciones y esas ideas y transformarlas en algo con más profundidad, que pudieran servir para concretar la propuesta. Ha sido un proceso de acompañamiento y también de mucho aprendizaje para nosotras.
¿Estás contenta con el resultado?
Estoy contenta. Creo que lo más importante es el proceso, no tanto el final. Creo que hay propuestas fundamentales para los temas que tenemos encima de la mesa y los retos que estamos enfrentando. Lo más importante ahora es que el Gobierno escuche a la ciudadanía y tenga en cuenta estas propuestas, que recoja toda esta ambición y toda esta urgencia que la ciudadanía le está trasladando. Que ponga presupuesto detrás de estas propuestas y que lo lleve a la acción.
¿Qué esperas que pase a partir de ahora?
Lo que quiero que pase es que por fin la ciudadanía sea protagonista, que el resto de la sociedad civil entienda lo que ha pasado aquí. Que vean que son ejercicios importantes y que además haya más y mejores asambleas. Para mí sería muy importante que el Gobierno tenga en cuenta que esta Asamblea ha sido un primer paso. La participación ciudadana y el protagonismo de la ciudadanía es imprescindible para enfrentar los retos que tenemos. Que se generen más asambleas con todos los aprendizajes de esta. Quizá más locales, quizá concentradas en temáticas más concretas. Y que se entienda que democracia y sostenibilidad tienen que ir de la mano.