La adaptación supone tomar decisiones hoy pensando también en el mañana

Adaptación al Cambio climático

Francisco Heras, Biólogo ambiental y miembro de la Oficina Española de Cambio Climático.

La adaptación al cambio climático se centra en evitar o reducir los impactos potenciales y los riesgos derivados del cambio climático. Mitigación y adaptación no son opciones alternativas, sino estrategias complementarias ante la emergencia climática.


Si no actuamos sobre las causas del problema (mitigación), el cambio del clima seguirá reforzándose indefinidamente, acabando por superar nuestra capacidad de adaptación. Paralelamente, si no nos protegemos anticipándonos a los impactos potenciales del cambio climático y mejorando nuestra capacidad de recuperación tras los daños (adaptación), el cambio del clima se traducirá en cambios e impactos dramáticos.


España se enfrenta a importantes riesgos derivados del cambio climático debido a un conjunto diverso de razones. Entre ellas a su situación geográfica, en el límite entre el continente africano y europeo, a la presencia de dos archipiélagos y al peso en nuestra economía de actividades muy dependientes del clima, como la agricultura, la silvicultura, el turismo o el transporte. Hay otros aspectos esenciales para nuestro bienestar que son muy sensibles al cambio del clima, entre ellos la salud, el patrimonio natural y la biodiversidad.


El análisis de impacto climático sobre todos estos aspectos hace necesario adoptar medidas de adaptación en un amplio conjunto de sectores, tanto desde el ámbito público como desde privado y a diversas escalas internacional, nacional, autonómica y también local.


La adaptación funciona a pesar de que las amenazas climáticas aumenten


La adaptación funciona a pesar de que las amenazas climáticas aumenten sus impactos y un buen ejemplo lo encontramos en nuestro propio país.
Las olas de calor son cada vez más frecuentes e intensas, y, sin embargo, la mortalidad por olas de calor en España se ha reducido de forma muy sustancial en la última década.
¿Por qué? La adaptación es la respuesta. En este caso podemos deducir que se trata de una combinación de factores como la existencia de planes públicos de prevención, las mejoras en los sistemas de predicción y en los avisos a la población por ola de calor, el compromiso divulgador por parte de los medios de comunicación, y la mejora de la calidad de las viviendas y el equipamiento doméstico.
Los análisis económicos nos indican que la adaptación es rentable, ya que los daños evitados tienen una cuantía muy superior a lo que nos cuesta prevenirlos. A la hora de tomar decisiones frente al cambio climático, es importante tener en cuenta los costes de la inacción, es decir, los costes que se producirían en caso de no adoptarse medidas de adaptación planificada.


La adaptación también tiene límites


Cuando los cambios que se producen son profundos y duraderos, las estrategias de adaptación dejan de ser capaces de proporcionarnos la protección que deseamos. Esta realidad nos lleva a dos conclusiones importantes:

La primera es que debemos contemplar perspectivas de largo plazo. Es necesario mirar siempre un poco más allá y no conformarnos con soluciones en el corto plazo que pueden convertirse en futuros callejones sin salida.
La segunda es que más mitigación supone menos cambio climático y por eso mismo, mejores capacidades de adaptación.

Es posible anticiparse a los cambios e impactos previstos e indudablemente cuanto más se anticipa la adaptación a las posibles circunstancias futuras más eficaz es. Por ejemplo, si somos capaces de delimitar las zonas costeras que van a sufrir inundaciones permanentes en el futuro, podemos evitar que en esos lugares se instalen nuevas infraestructuras o viviendas evitando así futuros problemas.
Igualmente, si diseñamos nuevas infraestructuras pensando no sólo en el clima actual, sino también en el proyectado a lo largo de su vida útil, resistirán mucho mejor el paso del tiempo y requerirán menos reparaciones y mantenimiento.

La adaptación supone tomar decisiones hoy pensando en el clima de hoy, pero también el de mañana y así protegernos mejor ante posibles impactos y construir un futuro más seguro.