El Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha declarado este mes de octubre que un medio ambiente limpio, saludable y sostenible es un derecho humano e invitó a todos los Estados a trabajar juntos, en conjunto con otros actores, para logra este objetivo.
La resolución de la ONU que establece esta garantía fue aprobada con 43 votos de apoyo y cuatro abstenciones: Rusia, China, India y Japón. Por su parte, Costa Rica, Maldivas, Marruecos, Eslovenia y Suiza auspiciaron el texto. El Consejo también estableció, en una resolución separada, una nueva relatoría dedicada específicamente al impacto del cambio climático en los derechos humanos.
Tras la adopción de los documentos, Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, instó a los Estados a tomar medidas para que el derecho a un medio ambiente saludable fuera un cambio “rápido y real”.
Bachelet espera que este acuerdo “sirva como trampolín para impulsar políticas económicas, sociales y ambientales transformadoras que protejan a las personas y a la naturaleza”. Del mismo modo, Bachelet afirmó que el derecho a un medio ambiente limpio “tiene que ver con la protección de las personas y el planeta: el aire que respiramos, el agua que bebemos, los alimentos que comemos”.