El cambio climático aumenta los riesgos relacionados con el clima

Impactos del cambio climático

José Manuel Moreno, Catedrático de Ecología de la Universidad de Castilla-La Mancha y Miembro del equipo de autores del IPCC

Factores que determinan los riesgos climáticos

Los riesgos, y consiguientes impactos, del cambio climático surgen como consecuencia de tres factores. El primero de ellos es el clima, con su variabilidad natural y sus extremos climáticos y meteorológicos. A ello hay que sumar el cambio climático antropogénico con sus nuevas temperaturas, precipitaciones y extremos. Todo ello genera peligros de origen climático como, por ejemplo, una lluvia torrencial, una ola de calor, etc. Pero no todo es clima a la hora de generar riesgo; hay otros factores que dependen de la sociedad, del modelo socioeconómico y de gobernanza que tengamos, y de las medidas de adaptación que hayamos puesto en marcha para hacer frente al cambio climático, entre otros. El modelo social y económico afecta a lo que llamamos “exposición” y “vulnerabilidad”. Por exposición nos referimos a la existencia de personas, bienes o enseres en zonas que pueden verse negativamente afectadas por un peligro. Por ejemplo, casas que construimos en una zona inundable. Por vulnerabilidad nos referimos a la susceptibilidad o propensión a sufrir daño por algún fenómeno adverso, y es una condición interna que se tiene. Por ejemplo, los niños y ancianos son más vulnerables al calor extremo. Cuando los tres componentes (peligro, exposición y vulnerabilidad) confluyen (vgr., lluvia torrencial que inunda casas construidas en una zona inundable, en las que viven personas vulnerables), el riesgo se materializa, causando impactos en forma de daños a bienes y enseres o a las personas, incluyendo a nuestras propias vidas. 

Cada país, con su clima y con su modelo de sociedad, tiene sus riesgos, y sufre año tras año los correspondientes impactos. El cambio climático aumenta los riesgos e impactos porque aumenta el peligro, la exposición o la vulnerabilidad. Por ejemplo, si aumentan la intensidad de lluvias torrenciales, como se prevé, aumentarán las zonas inundables, con lo que incrementará también la exposición, pues nuevas zonas que antes no estaban expuestas pasarán a estarlo. Si hay sequías, disminuirán las cosechas y el pasto, lo que originará pérdidas de ingresos a los agricultores y ganaderos, quienes no podrán hacer frente a gastos para disponer de aire acondicionado que proteja a sus niños y mayores cuando venga una ola de calor, por lo que serán más vulnerables.

El cambio climático aumenta los riesgos

El cambio climático aumenta los riesgos relacionados con el clima. A continuación, repasaremos algunos de ellos. Entre los principales riesgos tenemos los que afectan a la salud humana. Estos aumentarán como consecuencia del incremento en la frecuencia e intensidad de olas de calor, que acrecienta la morbilidad y mortalidad de las personas. También aumentarán los riesgos relacionados con enfermedades exóticas transmitidas por vectores que antes no teníamos, al impedir nuestros fríos inviernos que se desarrollasen y pudiesen transmitir la enfermedad. El clima más cálido, con inviernos suaves permite ahora que tales vectores puedan desarrollarse y así poder transmitir nuevas enfermedades. El cambio climático causará una mayor morbilidad por alergias, al alargarse la estación de producción de polen debido a inviernos suaves y primaveras que se alargan, lo que favorece el crecimiento de la vegetación durante más tiempo.

Las zonas costeras son una fuente de riqueza y albergan buena parte de nuestra población. El aumento del nivel del mar causado por el cambio climático aumenta los riesgos derivados de la meteorología y el mar. El nivel del mar ha subido unos 20 cm en promedio mundial. Las zonas que antes no se inundaban por una tormenta severa, de las que ocurren cada mucho tiempo, ahora pueden inundarse, y se lo deben al cambio climático.

La producción de alimentos también está en riesgo por el aumento de las temperaturas, el descenso de las precipitaciones, la mayor frecuencia e intensidad de olas de calor y sequías.  Estos cambios climáticos ocasionan pérdidas en las cosechas. Pero también aumenta el riesgo de pérdida de productividad marina por el aumento de las temperaturas, la disminución de oxígeno disuelto en el agua o la bajada del pH como consecuencia de una concentración de CO2 en el aire que la Tierra no ha visto desde hace millones de años. Todo ello hace que el potencial pesquero de buena parte del mundo disminuya. Por otro lado, el bienestar de los animales en tierra sufrirá debido al estrés térmico, ocasionando reducciones en su crecimiento y productividad. Zonas que antes eran favorables para la ganadería intensiva pueden terminar perdiendo esa condición.

Los servicios que nos prestan los ecosistemas se encuentran igualmente en peligro. La reducción de las precipitaciones y el aumento de la temperatura disminuye la productividad vegetal y, con ello, la capacidad de nuestros bosques para absorber el CO2 del aire. Esto es, decrece nuestra capacidad sumidero de carbono o, lo que es lo mismo, nuestra capacidad para mitigar el cambio climático. Paralelamente, el aumento de la frecuencia de incendios, sobre todo de los que ocurren bajo situaciones de meteorología extrema, provoca grandes pérdidas de carbono al ser estos más severos, y reduce la capacidad regenerativa del ecosistema, lo que puede derivar en un aumento de los procesos de pérdida de suelo y desertificación. La menor cobertura vegetal, en general, favorece la pérdida de suelo y los procesos erosivos.

La conservación de la biodiversidad está también en riesgo, por ejemplo, por la pérdida de hábitats que trae como consecuencia los cambios climáticos comentados.  Los anfibios y moluscos, muchos de los cuales dependen de fuentes persistentes de agua, se ven amenazados por la falta de su medio. Hay fuentes que se secan, charcas que dejan de formarse, corrientes de agua que no se forman. Las que lo hacen y persisten se calientan, lo que disminuye su capacidad de albergar ciertas especies, sobre todo en las zonas de alta montaña. Muchas especies tienen refugio en áreas protegidas que, en su momento, se seleccionaron porque eran las más propicias desde el punto de vista climático. Al cambiar el clima yo no lo serán, lo que forzará a estas especies a migrar para poder persistir, si es que pueden; a otras especies tendremos que ayudarlas, convertidos en “flautistas de Hamelín” para guiarlas a aquellos sitios que tengan un clima favorable en el que puedan mantenerse.

Junto a todas las pérdidas medioambientales que se han mencionado y los graves riesgos para la salud y la vida, se darán pérdidas económicas en algunas industrias que están más estrechamente ligadas al clima, como es el turismo. Al mejorar las condiciones climáticas en países emisores de Centroeuropa o las Islas Británicas, sus flujos migratorios hacia nuestras costas pueden disminuir, donde, además, el clima será más severo en veranos y, por tanto, menos favorable para el disfrute al aire libre.

Conclusión

El cambio climático aumenta los riesgos relacionados con el clima y sus impactos para las personas y los organismos en general, así como los ecosistemas de los que dependemos para nuestra subsistencia. El incremento de la frecuencia, intensidad y duración de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos del nuevo clima contribuye aún más a aumentar los riesgos e impactos. Cuanto mayor sea el calentamiento global, peores serán sus consecuencias. Por nuestro propio beneficio, tenemos el mayor el interés en detener el calentamiento global todo lo posible y cuanto antes.