Las 172 recomendaciones que ha elaborado la Asamblea Ciudadana para el Clima son el fruto de un proceso que ha permitido que personas de diferentes procedencias, bagajes y experiencias se pudiesen encontrar para deliberar en común. Este resultado ha sido posible gracias a una metodología y una planificación que han facilitado un debate rico y productivo. Desgranamos algunas de sus claves en este artículo.
Fases del proceso
Para lograr los objetivos de la Asamblea, el proceso se organizó en cuatro grandes fases y seis sesiones, de las que solo la última fue presencial. Antes de la primera sesión tuvo lugar una fase cero o de preparación, en la que se realizó un encuentro para brindar conocimientos y habilidades a las y los asambleístas, tanto para manejar las herramientas tecnológicas que se iban a emplear, como para poder participar y deliberar, con claves para una participación eficiente y empática. Además, en esa sesión cero se presentaron todas las personas que iban a participar en el proceso: asambleístas y equipo técnico.
Tras esta preparación, tuvo lugar la primera fase, de aprendizaje y conocimiento, que se desarrolló en las sesiones 1 y 2. El primer paso para la deliberación es realizar un proceso de aprendizaje y conocimiento, ya que es necesario contar con una ciudadanía informada sobre el problema al que se busca dar respuesta. El objetivo era que todas las personas participantes tuviesen una base común sobre cambio climático, sus causas e impactos, para poder debatir.
La segunda fase fue de reflexión y deliberación, y se extendió de las sesiones 3 a la 5. Esta fase complementó el proceso de aprendizaje, favoreciendo la reflexión y la creación de conocimiento colectivo. Se promovió, a través de diversas metodologías, un proceso de discusión y debate sobre los conocimientos y evidencias mostrados por las personas expertas y testigas para afianzar conocimientos y resolver dudas. En esta fase también se comenzaron a elaborar propuestas que luego serían convertidas en recomendaciones, a través de un trabajo por cinco áreas de vida y sociedad: consumo, alimentación y usos del suelo, ecosistemas, trabajo y comunidades, salud y cuidados.
La tercera fase se desarrolló en la sesión 6, que fue presencial. En ella se terminaron de perfilar las propuestas de recomendaciones elaboradas en las sesiones anteriores. Además, el grupo de expertas y expertos dio feedback sobre la redacción y la calidad técnica de las recomendaciones para tener un impacto en el sistema político. Finalmente, las propuestas se votaron para convertirse en las recomendaciones finales. En aras de garantizar la transparencia del proceso, las personas asambleístas participaron en el recuento de votos, formando parte de grupos mixtos con personas del equipo de facilitación, del grupo de expertos y expertas independientes y del Panel Coordinador.
En la fase final se elaboró un informe con las 172 recomendaciones, que se entregó al Presidente del Gobierno. A este acto institucional acudió una representación de las y los asambleístas y del órgano de gobernanza de la Asamblea.
Trabajo en áreas de vida y sociedad
En base a las cinco áreas de vida y sociedad establecidas, las 100 personas asambleístas trabajaron a lo largo de las sesiones en grupos de 10 personas, dos grupos por cada área de vida, 10 en total. Cada uno de ellos se conformó con los mismos criterios de selección de la Asamblea, es decir, teniendo en cuenta la diversidad y representatividad de la estructura de la población española, de forma que cada grupo representaba una “mini-España”.
Esta división en grupos pequeños sirvió para dialogar, elaborar propuestas y llegar a acuerdos de manera más ágil que en formato de plenario de 100 personas, dando así espacio a que todas las personas de la Asamblea pudieran aportar. No obstante, también se generaron diálogos en plenario y se contó con momentos de intercambio entre grupos, que permitieron que todas las personas pudieran conocer y aportar a las propuestas de todas las áreas de vida, independientemente del grupo en el que estuvieran. Este intercambio se realizó tanto en las sesiones online y presencial, como a través de Decidim, la plataforma digital puesta a disposición de las y los participantes, en la que se fueron subiendo las propuestas y toda la documentación generada en la Asamblea.
Está combinación de espacios de trabajo donde profundizar en el debate con confianza y respeto, así como de espacios de trabajo más amplios en los que contrastar lo trabajado con personas de otras áreas de vida, fue fundamental para que todas las propuestas de recomendaciones contaran con legitimidad.
Los grupos de 10 personas contaron en todo momento con uno o dos facilitadoras/es, según el momento del proceso, y con una o dos personas expertas.
El sistema de toma de decisiones
El proceso de toma de decisiones acompañó la discusión y el debate, así como la construcción de las recomendaciones, ya que se fueron tomando decisiones a lo largo de todo el itinerario de la Asamblea.
El sistema de toma de decisiones que se acordó en la Asamblea fue debatido y adoptado en la sesión 3 y mejorado en la sesión 4. Contemplaba las siguientes fases:
- Presentación de la propuesta
- Preguntas y respuestas para aclarar la propuesta
- Aportes o mejoras de la propuesta: sondeo de las aportaciones
- Reformulación de la propuesta, teniendo en cuenta el sondeo de las aportaciones
- Votación para el grado de acuerdo, por mayoría simple.
- En las propuestas finales, reflejar el grado de acuerdo de las propuestas