¿Podemos mantener el aumento de la temperatura por debajo del grado y medio?

Mantener el aumento de temperatura en el grado y medio

Marta Torres Gunfaus, investigadora senior del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI).

En el año 2018 el IPCC alertó sobre cómo debería cambiar la tendencia de las emisiones globales para limitar el aumento de la temperatura por debajo del grado y medio. Se estableció que el pico máximo de emisiones debe ser alrededor de 2020, momento desde el que debemos comenzar su drástica reducción para conseguir llegar a 2030 con la mitad de las emisiones que teníamos en 2010 a nivel mundial. Y que tras 2030, las emisiones deben seguir reduciéndose a un mismo ritmo para que en 2050 consigamos llegar a emisiones netas cero de CO2, y en 2070 lo consigamos para el conjunto de gases de efecto invernadero.

Las emisiones netas cero hacen referencia a la neutralidad de carbono alcanzada con el balance entre emisiones y absorciones de emisiones. Es decir, en el objetivo emisiones netas cero se mantendrán algunas emisiones residuales de CO2 que serán compensadas por absorciones del mismo gas. Por lo tanto, el balance es cero.

Estas cifras de reducción hacen referencia al conjunto de las emisiones globales, pero no todos los países, ni sectores, tienen que llegar a esa neutralidad en 2050, si no que se asume que algunos tendrán que hacerlo antes y otros lo harán después.

¿Cómo lograremos la neutralidad de carbono en 2050 a nivel global?

Hay diferentes maneras de alcanzar estos hitos globales, también implicaciones muy diferentes.

Las acciones que decidamos llevar a cabo para reducir emisiones, así como el ritmo de las mismas en el corto plazo es muy importante. No es lo mismo emprender acciones para una mayor reducción de emisiones en el corto plazo, que esperar a realizar acciones de reducción más tarde o hacerlo más lentamente.

Sobre lo que no hay duda, es que cualquier estrategia debe reducir a nivel absoluto las emisiones y para ello es necesario dejar de consumir combustibles fósiles. La necesidad de cambiar el modelo actual es incuestionable.  

La clave está en decidir cómo transformamos nuestras economías. Hay consenso en que la generación de energía debe basarse mayoritariamente en fuentes renovables, pero también la aceleración de la eficiencia energética y las medidas de control de la demanda de energía son críticas para conseguir resultados esperados, particularmente en el corto plazo. No podemos cambiar la manera en la que producimos energía de la noche al día por lo que debemos modular la demanda.

La velocidad con la que cambiamos nuestro modelo energético también tiene un gran impacto sobre la transformación de otros sectores. El sector eléctrico es clave para la reducción de emisiones porque de él dependen otros sectores como el transporte y la industria, quiénes utilizaran la estrategia de electrificación para descarbonizarse. Si queremos que su abastecimiento sea de fuentes renovables tendremos que asegurarnos de que se produce suficiente energía renovable para los ‘viejos’ y nuevos usos.

Paralelamente y, como se mencionó previamente, todos los análisis de prospectiva contemplan emisiones residuales para las que son necesarios sumideros de emisiones, incluyendo tecnologías de emisiones negativas en aquellos escenarios dónde las reducciones de emisiones no son tan rápidas como deberían.

Para conseguir estos cambios radicales en emisiones, debemos emprender transformaciones en todos los sectores y en todas las regiones y para ello, la cooperación es fundamental. Además, el cambio no es posible solo a través de un desarrollo tecnológico, también se necesitan cambios de patrones de consumo, de estilos de vida, de comportamiento humano…

Algunos discursos han afirmado que no es posible mitigar el cambio climático y permitir el desarrollo de países empobrecidos pero la ciencia actual nos cuenta que no tiene por qué ser así. Es necesario desarrollar estrategias y emprender acciones atendiendo a los impactos positivos y negativos que pudieran surgir para la consecución de los objetivos de desarrollo sustentables, como, por ejemplo, el objetivo de erradicación de la pobreza. Por el contrario, no hay duda de que no actuar suficientemente frente al cambio climático sería firmar sentencia de muerte para los objetivos de desarrollo.

¿Cómo mitigar el cambio climático a nivel nacional?

Los objetivos de mitigación a nivel nacional deben partir de los objetivos a nivel global y permitir la adaptación de las sendas de emisiones de acuerdo con las narrativas de transformación propias de cada región. Su viabilidad se explicará de acuerdo con el establecimiento de ciertas condiciones habilitantes en múltiples aspectos: económicos, sociales, culturales, políticos, de coordinación y de gobernanza.


Entender bien qué es lo que en España necesitamos transformar y bajo que condiciones pueden materializarse es clave para poder informar a las políticas y a los planes de acción de multitud de actores. Preguntando a los habitantes qué es lo que necesitan para cambiar sus estilos de vida, podremos identificar muchas de los obstáculos a eliminar para que la transformación a modelos bajos en carbono sea posible en nuestro país.